Algunas cosas valen la pena esperar…
Viajando miles de kilómetros de su casa para entrar a la universidad es la única manera para Avery Morgansten, de diecinueve años, para escapar de lo que sucedió en la fiesta de Halloween hace cinco años—un acontecimiento que cambió su vida para siempre. Todo lo que necesita es llegar a sus clases a tiempo, asegurarse de que su pulsera en la muñeca izquierda esté en su lugar, no llamar la atención y tal vez—por favor Dios—hacer algunos amigos. La única cosa que no necesitaba y nunca planeada fue capturar la atención del chico que podría romper el precario futuro que está construyendo para ella misma.
Algunas cosas valen la pena ser experimentadas...
Cameron Hamilton es un metro noventa y dos centímetros de atracción, completado con un par de llamativos ojos azules y una notable capacidad para hacerla desear cosas que creía le habían sido irrevocablemente arrebatados. Ella sabe que necesita mantenerse lejos de él, pero Cam está en todas partes, con su encanto, sus ingeniosas bromas, y ese maldito hoyuelo que es tan…tan lamible. Involucrarse con él es peligroso, pero cuando se vuelve imposible ignorar la latente tensión que despierta siempre que están cerca, él saca a relucir un lado en ella que nunca imaginó que existiera.
Algunas cosas nunca deben mantenerse en secreto…
Pero cuando Avery comienza a recibir amenazantes correos electrónicos y llamadas telefónicas forzándola a enfrentarse a un pasado que ella quiere mantener en silencio, no tiene más remedio que reconocer que alguien no le permite olvidar esa noche cuando todo cambió. Cuando la devastadora verdad sale a la luz, ¿podrá resurgir esta vez con una cicatriz menos? ¿Y podrá Cam estar ahí para ayudarla o será arrastrado junto con ella?
Y hay algunas cosas por las que vale la pena luchar…
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